Thomas Mann: el artista y su época

Thomas Mann nació el 6 de junio de 1875 y murió el 12 de agosto de 1955. 80 años contienen una vida que coincide con un periodo especialmente convulso de la historia de Occidente, en el que resaltan trágicamente dos guerras mundiales con sus consecuencia políticas, culturales y sociales.

Pero esta coincidencia sería meramente anecdótica si Thomas Mann hubiese sido apenas un testigo pasivo de la sociedad y sus destinos; muy al contrario, muchos de sus cuentos, novelas y ensayos dan cuenta no sólo de una erudición en materia histórica y cultural, sino que son a su vez reflexiones y elaboraciones profundas de los elementos que estructuran la sociedad burguesa europea de finales del siglo XIX y de aquellos que la corroen a comienzos del siglo XX.

Esta implicación de Mann con su época se constata en obras como Los Buddenbrook, que narra el hundimiento de una antigua estirpe de comerciantes, o en Consideraciones de un apolítico, que, a la altura de la Primera Guerra Mundial, defiende una postura conservadora, nacionalista y antidemocrática. También en La montaña mágica que narra el hundimiento, ya no de una estirpe, sino de una sociedad que desemboca en la guerra. Es en esta novela donde Mann elabora el viraje político que lo llevará a dictar la conferencia titulada Sobre la República alemana de 1922, la cual dirigió a estudiantes alemanes buscando ganarlos a favor de la República y en contra de la reacción. En 1930 publicará Mario y el mago, una crítica literaria del fascismo italiano, y en 1936 escribiría, muy tempranamente, un texto en el que se opone a las tropas franquistas[1]. Durante la Segunda Guerra Mundial, exiliado en Estados Unidos, desplegará una fuerte actividad «… como miembro del “Emergency Rescue Committee”, que se había formado con (…) el objeto de socorrer a los escritores, artistas y científicos [emigrados]…»[2]. Por último, a partir de 1940, y a lo largo de cuatro años y medio, Mann se dirigió a sus compatriotas mediante alocuciones radiales que se transmitían desde Londres; alocuciones que devolvían apenas «ecos» cifrados de su audiencia, pero que convencían a Mann de que «En el territorio ocupado de Alemania hay, de modo manifiesto, personas cuya hambre y sed de palabras de libertad son tan grandes que desafían los peligros que implica la audición de emisiones enemigas»[3].

La postura a la base de esta serie de intervenciones literarias y políticas está justificada en su ensayo de 1952 El artista y la sociedad. En él resume la orientación política de sus últimos años: «… es en el fascismo (…) donde continúo viendo (…) el más detestable producto de la historia política. Él es quien por sus victorias y su aparente derrota (…) me ha lanzado cada vez más hacia la izquierda de la filosofía social y ha hecho efectivamente de mí durante un tiempo un orador ambulante de la democracia (…)»[1].

Quisimos con este recorrido resaltar el compromiso de Mann por atender a los problemas políticos y sociales de su tiempo. Este año en que se conmemoran 150 años de su nacimiento, un tiempo en el que vuelve y repite una crisis de la democracia liberal, en el que amenazan la guerra, los nacionalismo y los caudillos belicosos, obras como las de Mann escritas en tiempos pretéritos, irrumpen en un presente que les es ajeno, lanzándonos nuevamente la pregunta que se formula al final de La montaña mágica «De esta fiesta mundial de la muerte, de este temible ardor febril que incendia el cielo lluvioso del crepúsculo, ¿se elevará algún día el amor?»[2].

[1] Thomas Mann, El artista y la sociedad (Madrid: Ediciones Guadarrama, 1975), 304.

[2] Thomas Mann, La montaña mágica (España: Plaza & Janés Editores, S.A., 1998), 974.

[1] https://conversacionsobrehistoria.info/2021/02/03/cuando-thomas-mann-tomo-partido-en-la-guerra-civil-es-un-escandalo-inmundo/

[2] Roman Karst, Thomas Mann historia de una disonancia (Barcelona: Barral editores, 1974), 253.

[3] Thomas Mann, ¡Escucha, Alemania! (México: Editorial Colibrí, S.A., 2003), 8.

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Columna escrita por: Santiago Piedrahita, director del Centro de Estudios Estanislao Zuleta.