
El silencio en medio de la barbarie
27 de octubre de 2025
Praga, República Checa
El 04 de diciembre de 1875 nació René Karl Wilhelm Johann Josef Maria Rilke. Su educación fue atropellada, su formación militar no dio frutos a causa de la enfermedad, su relación con sus padres fue compleja y el alemán, su primera lengua y principal, en realidad no era un idioma del todo propio. Pertenecía a una minoría germanoparlante en Praga (al igual que Kafka) y se dice que Rilke andaba siempre con un diccionario bajo el brazo, pues una de sus actividades predilectas era la búsqueda de palabras para la creación de sus poemas.
Desde muy temprano ya escribía y mostraba inclinaciones a la poesía. En 1895 ingresó a la Universidad Carolina, en Praga, donde pudo estudiar literatura. En esa época, que algunos biógrafos identifican como una etapa “sentimental”, estuvo marcada por la aspiración a una carrera literaria. Suspendió sus estudios para instalarse en Múnich, para entonces un centro artístico e intelectual de la región, y donde el poeta aspiraba a hacerse un nombre en las letras.
La contemplación como maduración del estilo
A partir de finales del siglo (en la década de 1890), la vida de Rilke da un viraje sin retorno: inicia una peregrinación intelectual y espiritual por diferentes lugares de Europa. En 1897 conoce a Lou Andreas-Salomé, quien se convierte para él en una guía filosófica y vital. Juntos emprendieron diferentes viajes, entre los que destaca una visita a Rusia, en Moscú, donde el poeta conoció a León Tolstoi. Gracias a Lou Andreas-Salomé también conoció el psicoanálisis.
Luego de estas experiencias y con sus alforjas cargadas de una compulsiva lucidez por lo poético, emprendió diferentes viajes que lo llevaron a Italia, Alemania y Francia. Una de sus estancias más significativas fue en París, donde se convirtió en discípulo de Rodin y donde desarrolló un estilo literario particular: el poema-objeto. La contemplación del objeto como ritual de posesión, donde la descripción es una excusa para verter en poema lo que el alma aprehende con la mirada.
En sus últimos años de vida, quizá los más significativos, se radica en Valais, Suiza. Allí escribió dos de sus más grandes obras: Los sonetos a Orfeo y Las Elegías de Duino. Fue en esta época, ya con una madurez vital y poética, cuando su espíritu se volvió más abarcador. Largos años de preguntas y búsquedas desembocaron en una implosión centrípeta, como un pequeño big bang, y se dispersaron sus fragmentos en el espacio, recogidos uno por uno y dispuestos en el discurrir de los versos de aquellas Elegías:
¿Quién, de yo gritar, me oiría desde los órdenes
de los ángeles? Y aun suponiendo que uno de ellos
me acogiera súbitamente junto a su corazón: pereciera yo de su
más fuerte existencia. Pues lo bello no es nada más
que aquel comienzo de lo pavoroso que apenas soportamos aún,
y tanto lo admiramos porque impasible desdeña
destruirnos. Uno cualquiera de los ángeles es pavoroso.

Los ecos del mito: Rilke 150 años después
En 2025 se cumplen 150 años desde el natalicio de este singular poeta. Hoy, de alguna manera, somos herederos de sus búsquedas espirituales, de su misticismo y su intención abarcadora. Lo rilkeano, aquella sustancia que se destila desde su obra, pulula y se impregna en un número importante de obras literarias contemporáneas. La dirección desde la cual la poesía fluye hacia el exterior, aquel cauce, fue moldeado por las preguntas y posturas poéticas y poetológicas que Rilke planteaba al joven Kappus en su correspondencia. Textos que pasaron a la historia de la literatura bajo el nombre de “Cartas a un joven poeta”, una lectura casi que de iniciación para todo aquel que quiera emprender un camino en la creación de poesía. Inquisiciones sobre el yo poético, las indagaciones por lo angelical y divino, la contemplación de las cosas como motor para los versos.
¿Me reconoces tú, aire, aún lleno de mis antiguos lugares?
Tú, corteza lisa alguna vez,
curvatura y hoja de mis palabras.

Profanaciones: antología poética bilingüe
¿Y qué se puede decir ahora de un autor sobre el cual ya se ha discutido largamente? Mucho, en realidad. Y más si se trata de traducir sus obras una vez más. Cada traducción es una recreación y una nueva perspectiva desde la cual un texto puede releerse y es un compromiso cultural emprender esta labor. En conmemoración de los 150 años del natalicio de Rainer Maria Rilke, el Instituto Cultural Alexander von Humboldt en alianza con Sílaba Editores y con apoyo del Goethe Institut, ha publicado una antología poética bilingüe en torno a la obra de este autor.
Lo profano y lo sagrado son ejes centrales que unen dos dimensiones de gran relevancia en las peregrinaciones poéticas de Rilke: son medios y, a la vez, la meta del quehacer poético. La antología reúne poemas tempranos y poemas tardíos, lo cual permite hacer un recorrido entre las primeras búsquedas espirituales del autor y, en cierto modo, entrever, cual fisuras de luz, cómo gran parte de estos periplos llegaron a un puerto de madurez.

Juan Pablo Sepúlveda Carmona es filólogo hispanista de la Universidad de Antioquia. Es gestor de comunidad y docente de alemán como lengua extranjera en el Instituto Cultural Alexander von Humboldt. Fue traductor editorial de la Revista de Arte y Literatura Crisopeya. Ha desarrollado proyectos de investigación en áreas como la crítica textual, la traducción literaria y la adquisición de lenguas.



